Claves para reconocer un buen médico

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Un médico clínico completo que nos ve y nos toca con conocimiento ya puede informarnos sobre lo que ocurre y qué es lo que anda mal, y eso hace nacer nuestra confianza en él, porque encaja con el problema que ya intuíamos y no nos atrevíamos a reconocer.

También usa los medios técnicos para precisar el diagnóstico, y sólo prescinde de aquellos métodos que, a pesar de su agresividad o invasividad, no conducen a un mejor tratamiento.

Según la revista CuerpoMente, “analizar, medir y cuantificar es, pues, necesario para conocer el punto de partida del tratamiento y valorar objetivamente la evolución, siendo uno de los pilares en los que se asienta la práctica médica correcta”.

La afinidad con el paciente

El otro pilar será el conocimiento y comprensión del aspecto individual y subjetivo de la enfermedad, la historia personal que ha desembocado en el drama actual.

“Ese algo mejor que hoy escasea, independientemente de la técnica y que sitúa a ésta como instrumento en el nivel que le corresponde, es la relación humana entre la persona que sufre y el médico que escucha dispuesto a acompañarla en el proceso curativo para llevarla a buen fin”, agrega el citado medio.

Esta relación es curativa en sí misma cuando se produce correctamente en todos sus elementos y se le da el tiempo suficiente para que se genere.

La persona enferma se siente extraña, diferente a las demás, tiene miedo a lo que le está sucediendo, pero si se siente escuchada y comprendida sale de la soledad y el aislamiento a la que la enfermedad la ha llevado, experimenta confianza y seguridad y esto, que ya le hace sentir mucho mejor, es un excelente comienzo para el recorrido que lleva de la enfermedad a la salud.

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