Favoritos sin futuro
Viendo la última encuesta de intención de voto para alcalde limeño y conociendo como conocemos al electorado de esta díscola ciudad, podríamos apostar a que ni Daniel Urresti ni Rafael López Aliaga, los dos punteros del sondeo de Ipsos con 20% cada uno, llegarán a sentarse en el sillón de Nicolás de Ribera, el Viejo.
Y no solo porque, por una peculiaridad del electorado capitalino, el candidato que se mantiene adelante nunca gana, sino porque estos dos caballeros -Urresti y RLA- tienen una gran vocación por la autocombustión, como lo demostraron en las elecciones de 2021.
Además, comparten prácticamente el mismo electorado y programa, que es como decir que, con ellos, el votante tendrá para elegir entre el pan con queso y el queso con pan: son autoritarios en el método y conservadores en todos los aspectos sociales. Es verdad que, a veces, Urresti pretende pegarla de progre en las redes sociales pero, al menor descuido, se le sale el cavernícola que vive en su pecho, como cuando arremetió contra un grupo de periodistas mujeres con todo tipo de insultos sexistas.
En materia de seguridad ciudadana, ambos apuestan a la mano dura y juraría que los dos se estremecen solo de pensar en tanques patrullando las calles limeñas y soldados metiendo bala a todo sospechoso, sobre todo si se trata de migrantes venezolanos, cosa que –juran- complace el populacho.
A medio año de las elecciones, los dos deben estar saltando en una pata (vamos, veinte puntos de preferencia no son poca cosa), pero sería bueno, sólo para darse un baño de realidad, que googlearan el nombre “Renzo Reggiardo”. ¿Que quién es Renzo Reggiardo? Pues el candidato que, en las últimas municipales, era favorito absoluto desde el inicio de la campaña hasta dos semanas antes del final, cuando el candidato de Acción Popular Jorge Muñoz arremetió por los palos y se llevó la victoria.
¿Y quién es Jorge Muñoz?, dirá usted, distraído lector. Bueno, esa ya es otra (triste) historia que no queremos recordar.
