El Perú es el país de Sudamérica con mayor índice de inseguridad alimentaria. En el 2022, 16,6 millones de peruanos estuvieron en esta condición. Mariana Escobar, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el Perú, nos habla al respecto. El panorama no es nada alentador.
— ¿Cuáles son las previsiones para este año de la inseguridad alimentaria en el Perú?
— Aún no ha salido el dato del cálculo de 2022, pero digamos, si hay un aumento en la pobreza y si uno además suma toda la situación que hubo el año pasado de inflación de precios de alimentos, sería de prever que la situación no haya mejorado. Tiene una probabilidad muy alta, obviamente, de aumentar.
— ¿Qué factores son los que impulsan esta situación?
— Hay una cantidad de actores y factores que interactúan aquí. Como las cadenas de abastecimiento, las condiciones ambientales, factores como el cambio climático, todos los componentes socioeconómicos, culturales, educativos, etc.
— ¿Quiénes son los más afectados?
— En el caso del Perú, por un lado, tenemos unos productores rurales, de la que se denomina como agricultura familiar (…). Son productores que cada vez se vienen empobreciendo más, viven con un ingreso muy bajo, tienen muchas dificultades para producir, para hacer manejo de poscosecha y para comercializar.
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— Y del otro lado…
— Ahí tenemos a un consumidor final que cada vez tiene menos acceso a una alimentación saludable porque el precio de los alimentos es muy alto en el Perú. Incluso antes de que tuviéramos este fenómeno de hiperinflación de los alimentos una dieta diaria saludable por persona estaba costando US$3,28.
— ¿Qué implica una dieta tan costosa?
— Esto quiere decir que incluso personas que han salido de la pobreza tienen dificultades para acceder a una dieta saludable. Por ejemplo, el año pasado, según una encuesta realizada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), solamente el 11% de las personas encuestadas manifestó no haber modificado en nada su canasta y su dieta. Aplicada nuevamente la encuesta este año, eso se redujo al 7%.
— La pobreza ha retrocedido 10 años en el Perú. ¿Es la misma que del 2012?
Es distinta porque en el 2012, en la misma encuesta del IEP, el 17% de los encuestados respondió haberse quedado sin alimentos en los últimos tres meses por falta de recursos económicos. Y en el 2023, el 46% de los encuestados respondió afirmativamente la misma pregunta.
— ¿A qué se debe esta variación?
— Básicamente a que no hay acceso a una alimentación saludable, hay una barrera económica para acceder a los alimentos. La gente no tiene los recursos para comprar una dieta sana.
— En este escenario, ¿cuál es el rol del cambio climático?
— El cambio climático es un nuevo factor. Llegó para quedarse, y el país en lo sucesivo va a estar sometido a eventos climáticos extremos que van a ser cada vez más recurrentes y más prolongados (…). Se prevé que ahora con El Niño Global seguramente va a seguir lloviendo en el norte, pero habrá sequía posiblemente en la sierra sur. Entonces, esto nos puede llevar a problemas ya de acceso físico a alimentos, es decir, que no haya alimentos disponibles de manera suficiente.
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— Se han reportado caídas en las siembras. ¿Qué significa esto para la alimentación?
— Es gravísimo, porque primero tiene un impacto en las condiciones de vida y en los medios de vida de los productores y productoras. Eso implica un mayor empobrecimiento y un detrimento muy grave de su seguridad alimentaria. También quiere decir que habrá menor disponibilidad de alimentos en el mercado.
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— ¿Por qué el Perú, a pesar de ser un productor de alimentos, mantiene altos índices de inseguridad alimentaria?
— Pues esa es la gran paradoja. Un país que es una despensa alimentaria (…), y es un destino gastronómico, tenga por lo menos la mitad de la población con muchas dificultades para acceder a una dieta saludable, esencialmente porque los alimentos son muy caros.
— ¿Qué encarece a los alimentos?
— En el Perú, los circuitos de comercialización de los alimentos son cadenas muy largas. Un producto agrícola viaja enormes distancias para llegar a un mercado de abastos o mayoristas (…), y además, es un país con informalidad muy alta.
— ¿Cuál es el rol del Gobierno para combatir esta problemática?
— Creo que en el terreno de la urgencia hay que auxiliar a las personas que están teniendo dificultades para alimentarse. Tal vez el canal más importante, que siempre podrá ser objeto de fortalecimiento, es el Programa Nacional de Alimentación Escolar, junto con los sistemas de transferencias, de programas como Juntos(…). También se debe hacer entrega urgente de semillas a los agricultores.
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— ¿Cuánto tardaría revertir el alto índice de inseguridad alimentaria?
— La inseguridad alimentaria es un problema estructurales que no se resuelven de la noche a la mañana. Primero tiene que pasar por una reducción sensible de los niveles de pobreza (…) y las condiciones no están dadas actualmente. La economía está desacelerada, el crecimiento económico es muy bajo.
— ¿Cuál es la población más vulnerable?
— Tenemos las poblaciones, por ejemplo, indígenas y nativas. Las comunidades en las zonas altoandinas. En este grupo también están los inmigrantes. Creo que también el grueso del hambre y la inseguridad alimentaria está aquí en Lima metropolitana y en varias ciudades del país. El mapa, digamos, de la inseguridad alimentaria en el Perú, es variado, es urbano y es rural.
