¿Por qué México, Bolivia, Colombia y Argentina respaldan a Pedro Castillo pese al fallido golpe?

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Un tembloroso Pedro Castillo anunció el cierre del Congreso una mañana en la que se debatiría su tercera vacancia por incapacidad moral permanente. Nadie sabe con certeza los preludios del insólito anuncio, pero todos fueron testigos del instante en el que se consumó su destitución.

“Se dictan las siguientes medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un Gobierno de emergencia excepcional”, dijo Castillo.

Luego del anuncio, su destitución y arresto fueron inminentes, pero lo que no se esperaba fue el fuerte apoyo que tendría de México Argentina Colombia y Bolivia encabezados por Andrés Manuel López Obrador presidente de México, quien prácticamente “adoptó a Pedro Castillo”, de acuerdo con especialistas.

Si hay algo claro es la tensión entre Perú y México: López Obrador aún no reconoce a Dina Boluarte como presidenta del Perú y ha puesto en “pausa” las relaciones.

Asimismo, a través de un comunicado conjunto entre México, Argentina, Colombia y Bolivia, respaldaron a Castillo, argumentando que fue “víctima de un antidemocrático hostigamiento”. Además, exhortaron “a quienes integran las instituciones de abstenerse de revertir la voluntad popular expresada con el libre sufragio”.

La cancillería peruana, dirigida por Ana Cecilia Gervasi a través de un comunicado, ha respondido a los comentarios de López Obrador y, por una “inaceptable injerencia en asuntos internos, en clara violación al principio de no intervención”, ha declarado persona non grata” al embajador de México, Pablo Monroy Conesa con un “plazo de 72 horas para abandonar el territorio nacional”.

López Obrador ha dicho que esta es una “medida arbitraria”, mientras el canciller Marcelo Ebrard dijo que es una “decisión infundada y reprobable” y ha reiterado que la conducta del embajador “ha estado apegada a derecho y al principio de no intervención“, a través de Twitter.

Gustavo Petro, tras el triunfo en las elecciones de Colombia y asumir la presidencia como el primer presidente de izquierdas en el país, viajó al Perú a fin de brindarle su respaldo a Castillo y mostrarse como una figura de la izquierda latinoamericana.

Este apoyo también fue sostenido por los demás líderes, para quienes “había una cercanía, una identificación muy fuerte con Pedro Castillo“, según señala el politólogo Alonso Cárdenas y además que “interpretan que en el Perú ciertos grupos de poder cercanos a la derecha se han hecho del gobierno sin ganar las elecciones“.

Para el analista internacional Juan Velit López Obrador “ha tomado un padrinazgo de Pedro Castillo“ y lo está respaldando, arriesgando “unas relaciones históricas como las que tiene México con Perú, que se remontan a la época incaica”.

“Tengo la impresión que López Obrador desconoce ese rasgo histórico, que es muy fuerte, es un rasgo muy grande y ha puesto el riesgo casi hasta de capricho, para dar la sensación de que él no solamente respalda a sus amigos, sino que se juega por sus amigos“, asegura el internacionalista.

Para el analista político y director de Grupo Fides Perú, Jeffrey Radzinsky, no debemos confundir los mensajes políticos con la agenda de quien las dice.

“Lo que tenemos que entender también es que los políticos le hablan a sus audiencias. Yo no creo que haya mayor interés de México con el Perú, lo que está haciendo el presidente López Obrador es posiblemente consolidar parte de su discurso y su fortaleza interna a partir de un hecho concreto —advierte Radzinsky—. Lo que hace AMLO es construir ese discurso de ‘yo protejo al débil’, ‘el abuso de la oligarquía’, porque es su propia historia”.

“(López Obrador) Ha dicho que lo intentaban vacar o golpear por su origen indígena o sindicalista y eso podría ser algo que se diga en campaña electoral, pero lo cierto es que es un presidente investigado por corrupción, y lo concreto es que no fue vacado por los procedimientos que estaban en marcha, sino porque dijo en televisión pública que pretendía un golpe de Estado, intervenir el Congreso, el Poder Judicial, Ministerio Público”, opina el analista.

Para el politólogo Alonso Cárdenas, el Gobierno de AMLO no ha cometido injerencia, sino que ha “denunciado una masacre“, y cuestiona la expulsión del embajador de México, que considera como un error. “En una confrontación diplomática contra México, Perú tiene todas las de perder y creo que no han medido bien la dimensión real de México como un actor en América Latina muy relevante”.

“López Obrador viene de una corriente de formación política del PRI, si le sumas que es el segundo presidente más popular del mundo, según Financial Times, y que además su partido político en las elecciones intermedias ganó 22 de 32 estados, y ante un Gobierno (el de Boluarte) que está sumamente debilitado, bañado de sangre y está cuestionado a nivel internacional, creo que es una muy mala jugada“, concluye Cárdenas.

Por otro lado, de acuerdo con el internacionalista Juan Velit tanto México como Colombia “han tenido una intromisión, sin lugar a dudas“, y que el “rechazo que ha tenido la Cancillería para esas actividades es muy positivo y muy loable, porque habla de una capacidad de respuesta muy rápida”.

Adicionalmente, Velit destaca a Torre Tagle, que ha emergido como “la única Cancillería que tiene un gran peso político en América Latina”, tras la caída de Itamaraty (el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil), debido a los reiterados errores políticos que cometió el Gobierno de Jair Bolsonaro.

Finalmente, para Radzinsky “las declaraciones impertinentes, inoportunas e infundadas del presidente López Obrador, lo que hacen es pretender distorsionar un hecho muy concreto sobre la realidad en el Perú: lo que ha pasado aquí es un intento de golpe de Estado del expresidente Castillo”.

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