Verano está perdido para los dueños de negocios de la costa

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En la provincia arequipeña de Islay, los comerciantes y propietarios de hospedajes, restaurantes y otros, esperaban la temporada de verano para generar ingresos económicos.

Pero la grave crisis política y social ha truncado esas posibilidades. Hay pocos veraneantes en comparación a años anteriores a la pandemia e incluso que el verano de 2022, cuando recién se comenzaban a reactivar las actividades luego de la COVID-19.

Gabriela Velásquez, una ciudadana que trabaja en el Puerto de Matarani, contó que el fin de semana pasado acudió a la piscina de Mollendo y la encontró con pocos visitantes. “En verano no es así, normalmente no hay espacio para nadie”, dijo a La República.

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Los veraneantes de distintos puntos del sur, en especial de la ciudad de Arequipa, evitan ir a Mollendo y a los otros distritos costeros debido a los bloqueos intermitentes en el kilómetro 48 de la Panamericana Sur, vía que conduce a la provincia de Islay. La incertidumbre desanima a los visitantes.

Hospedajes afectados

Mauricio Chang, exconsejero regional y propietario de un hotel en Mollendo, señaló que este sector está bastante afectado. El nivel de ocupabilidad en su negocio es menor al 20% y es probable que el mismo escenario se repita en el resto de hoteles de la provincia. En verano, estos recintos estaban al 80% y hasta el 100% de su capacidad. “Por consiguiente, los otros servicios turísticos también están afectados”, dijo.

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Por ahora, los hospedados son ciudadanos que lograron pasar antes del bloqueo. El presidente de la Cámara de Comercio de Mollendo, Lorenzo Quea, añadió que para la temporada se construyeron tres nuevos hoteles, dos en Mollendo y uno en Mejía. Por otro lado, están afectados los comerciantes que ganaron las concesiones de las sombrillas y carpas de la primera y segunda playa de Mollendo. Según el representante, hasta antes de la pandemia a la ciudad costera ingresaban entre 15 a 17 mil visitantes por fin de semana, lo que activaba la economía.

Para Quea, el verano prácticamente está perdido, pues en febrero los ciudadanos están enfocados en los gastos escolares.

En cambio, Chang espera que para febrero la situación mejore y haya mayor movimiento económico.

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