Exponer la transfobia, por Lucia Solis

0
61

Un ejercicio que empecé a hacer desde hace cerca de un año, cada vez que descubro alguna periodista, abogada, divulgadora, filósofa, socióloga o influencer feminista, es colocar en el buscador de Twitter lo siguiente: nombre + trans + ley.

Es triste, pero debido a la arremetida transfóbica no solo de los grupos políticos y civiles antiderechos, sino también de muchas referentes dentro del feminismo más blanco y hegemónico, hay que hacer una doble comprobación para descartar que la persona a quien se admira o comienza a admirar no sea una terf más.

Traducida al español, esta palabra significa: feminista radical trans excluyente. No son ‘‘críticas del género’’ o feministas de las buenas e ilustradas como se llaman a ellas mismas. Son lo que la definición menciona: mujeres cisgénero que reducen la identidad a la biología y que no consideran a las mujeres trans como mujeres.

PUEDES VER: Fingieron ser viudas y cobraron 1 millón de soles de las Fuerzas Armadas

Resulta irónico que quienes se posicionan con tanta vehemencia contra los roles y estereotipos de género sean las mismas que buscan expandir la idea de que las mujeres “reales” lo son solo por sus genitales. Tampoco tienen reparos en aliarse con partidos de extrema derecha para consolidar su estrategia de hacer creer que las trans “borran a las mujeres (cis)” con su existencia.

Habría que ver cómo si la esperanza de vida para las mujeres trans alrededor del mundo no supera los 40 años, si no ocupan puestos de decisión, si no las vemos en la televisión más que para ser burladas o hacer que se mofen de ellas mismas; si no nos narran las noticias, si no pueden registrar su verdadero nombre en el DNI ni vivir libremente sin ser víctimas de extorsión y asesinatos, como ocurre en el Perú.

“Cualquier feminismo que privilegie a quienes ya tienen privilegios será irrelevante para las mujeres pobres, mujeres de clase trabajadora, mujeres de color, mujeres trans, mujeres trans de color…”. Lo dijo la activista afrodescendiente Angela Davis, y debería resonar en cualquier espacio que se reconozca como feminista. Que se entienda: las opresiones y las luchas, no pasan solo por los genitales; pasan por las vivencias, las carencias, la periferia, la desigualdad estructural.

PUEDES VER: Congreso aprueba bachillerato automático permanente para universidades

En el Día Internacional de la Visibilidad Trans, que se conmemora este viernes 31 de marzo, expongamos la transfobia y visibilicemos también a quienes representan un peligro para las mujeres transgénero con sus discursos de odio. Porque el feminismo no es un dogma ni un club de amigas; es una revolución que, si no es diversa e inclusiva, no es más que otro comodín para los y las antiderechos.

Deja un comentario